Capitulo
10
El
amor y muchisimo sexo! 7:32 am
Él abrió los ojos lentamente y observó el lechoso
techo, preguntandose por que tenia ese color y no el habitual tono
pastel de su habitacion. Evidentemente no habia dormido en su
habitación, cosa sorprendente en él que era un animal de
costumbres. Aun desorientado notó que su brazo izquierdo estaba
dormido y le hormigueaba. Giró la cabeza a la derecha y observó a
la hermosa mujer pelirroja que yacia desnuda sobre su brazo y que se
abrazaba a su cuerpo.
La piel era suave y sedosa como su pelo, que le hacia
cosquillas en la tetilla derecha. Carlos no pudo menos que sonreir
ante la tierna y hermosa imagen de su ayudante alli desnuda. De
repente todo le vino a la mente: el beso, largo y profundo, la
carrera hasta el laboratorio a altas horas de la noche en busca de
intimidad, el sexo dulce y desenfrenado que tuvo lugar alli.
Realmente se pasaron toda la noche durmiendo a ratos para despertar y
hacer el amor.
Desnudar a esa mujer fue para Carlos mejor que abrir el
mas precioso regalo de Navidad. Se deleitaba desnudando cada
milimetro de la exhuberante piel de la mujer mientras ella lo
observaba con ojos anhelantes, quieta pero deseosa. Cuando la tuvo
totalmente desnuda, ella cesó en su inaccion con gesto salvaje le
subió la camiseta y empezo a devorarle el pecho a besos, recorriendo
cada centimetro de su piel mientras sentia los jadeos del hombre. De
repente le sujeto del pelo con fuerza echandole la cabeza hacia atrás
y mordisqueandole y lamiendole el cuello.
Carlos, ebrio de deseo la levantó y la sento sobre la
mesa de laboratorio, no sin antes arrojar de una brazada todo lo que
alli habia, que cayo estrepitosamente al suelo; se puso delante de
ella en medio de sus piernas y le beso la boca profundamente mientras
la penetraba con su lengua, saboreandola con fruicion. Sus lenguas
juguetearon un rato, como si de un baile sensual se tratase.
Sandra le desabrochó los pantalones y le bajó los
shorts, dejando al descubierto el miembro erecto de Carlos. Realmente
ella saboreó ese momento: el hombre no solo era bien dotado
intelectualmente. Ese hombre la volvia realmente loca.
Mientras ella le acariciaba el miembro con la mano, él
empezo a besar su cuello, lentamente al principio, con mayor
intensidad despues; pasaba su lengua y ella sentia estremecerse.
Mientras con sus dedos acariciaba los senos de la muchacha, cuyos
pezones hacia rato que estaban erectos. Los pechos de ella eran
medianos, turgentes, firmes y suaves, endurecidos por el deseo que
sentia.
Él siguiò descendiendo con su boca y con sus manos
mientras ella se dejaba hacer, envuelta en oleadas de placer, por su
boca salian gemidos involuntarios. En un arranque de pasión empezó
a arañar la espalda de él; Carlos, hostigado por el dolor y el
placer que le causaba esa mujer siguio descendiendo con su boca
mientras que con sus manos tocaba el sexo de la mujer, humedecido por
el deseo.
Se agacho delante de ella y empezó a lamer, recorrio
todo su sexo, la penetro con su lengua, jugueteó con su clitoris
mientras notaba como Sandra se estremecia y se humedecia mucho más.
Realmente se entretuvo dandole placer y se sentia bien excitado
oyendo a su compañera gemir...hasta que tuvo un orgamo. Carlos
sonrió al levantar la cabeza y ver la expresión angelical de la
mujer, los ojos brillandole, la boca entreabierta, el cuerpo sudoroso
y los dedos de los pies encogidos.
Él ardio de deseo, no podia más asi que se levantó,
se posició delante de ella y la penetró duramente. Ella dió un
respingo al notarse invadida, seguido de un jadeo...el se quedó unos
segundos dentro...se miraron con ojos anhelantes..y empezó el
ancestral vaiven. Ella tuvo otro orgasmo....
Se interrumpió, esa mujer le inspiraba sus mas
ardientes instintos. Se agachó para coger sus pantalones que estaban
en el suelo y saco el cinturon. Se lo enseñó a la muchacha que
asintió, la mirada ansiosa, el cuerpo sudoroso, recuperandose del
orgasmo. Él le ató las muñecas con el cinturon, dejandola
indefensa. La empujo contra la mesa, le levanto las piernas y la
penetró profundamente. Ella jadeó, le faltaba el aire...
Carlos la penetraba en profundidad, se salia y entraba
en una coordinacion perfecta de los dos...a este ritmo no aguantaria
mucho y ambos lo sabian. Bastó que se mirasen a los ojos para saber
qué querian. El la soltó. Sandra le apartó de un empujon, se
agacho delante de él y le lamió el miembro. El espectaculo que él
tenia debajo era glorioso: una hermosa mata de pelo color fuego y la
boca mas dulce comiendole enterito. No duro mucho, con un fuerte
jadeo se vino en la boca de ella y cayó exhausto delante de la
mujer. Ambos se abrazaron, sudorosos pero felices...Se durmieron muy
abrazados.
Durante el resto de la noche siguieron haciendo el amor
y durmiendo. A ratos y en la semipenumbra del laboratorio él la
observaba dormir. Era realmente hermosa, una belleza, y era suya. La
habia hecho suya y ella dormia ahora placidamente abrazada a él. No
podia ser más feliz.
Pero bajo toda esa niebla de felicidad sintió un halito
de tristeza. Profesionalmente habian cometido un error. No es que
estuvieran prohibidas las relaciones entre colegas de profesión pero
complicaban mucho las investigaciones; pero comprendió que era una
tonteria: Carlos estaba acabado como investigador. El Rector se
encargaria de echar su investigación por el sumidero así que ya no
serian colegas. Ella tendria su proyecto y él seria libre para
hacer....que? Aun no lo sabia, pero tenia bien claro que seguiria con
esa mujer si ella se lo permitia. Realmente no solo la deseaba, la
amaba. La amó hace tiempo pero su estupida obsesión por su
investigación no le dejaba ver mas alla de sus alfataquiones. Los
arboles le ocultaron el bosque que suponia aquella increible mujer.
Aunque tuviera que dedicarse a la publicidad, la tendria
a ella. Cierto que las particulas seguian siendo su obsesión: era
fisico y siempre lo seria pero ahora habia algo mas en su vida y era
esa extraordinaria mujer.
Además su padre siempre podria colocarle como ayudante
en algun proyecto menor; no le dejaria en la estacada y que hundiera
su vida en el mundo de la publicidad, a menos que el Rector se
opusiese frontalmente y le echara de la universidad. No pudo dejar de
notar la cara de deseo de Leon al ver a Sandra. Ese hombre era
peligroso pero él no le permitiria que le pusiera las manos encima a
su chica. Su chica? Estaba alucinando. Quizas ella no le considerase
nada, una mera diversión. Y si los encantos y el poder del Rector
hacian mella en ella? Por que ella iba a amar al hombre que la habia
ignorado todo este tiempo, el hombre que no habia tenido en cuenta ni
su proyecto ni sus ilusiones?
Los celos asomaron su asquerosa cabezota en la mente de
Carlos, que se sacudió la cabeza para despejarlos pero no pudo
quitarse el dolor y el malestar que sentia. Su mundo se venia abajo y
a partir de ahora todo iban a ser incertidumbres, tanto sentimentales
como laborales. Se sintió perdido, hasta que vió los hermosos ojos
de ella posados en él, una mirada cargada de amor y se evaporaron
sus dudas. Esa mujer le amaba. Se abrazaron y besaron tiernamente...
-Vaya, vaya, vaya, así que haciendo horas extras en el
laboratorio verdad?. Ya veo que el jefe y su linda ayudante estan
colaborando “estrechamente”.
La burlona voz de Myrna los dejó helados. Distraidos
como estaban no oyeron entrar a nadie y se quedaron de piedra al
verla delante de la puerta. Ella exhibia una sonrisa picara mientras
observaba a la pareja medio desnuda que se habia separado a toda
prisa y la miraban con aire asustado.
-Calma chicos, no pienso decir nada a papa-Decano, ya
que seguro que no aprobaria el tipo de trabajitos a horas
intempestivas que estais realizando. De hecho Sandra me alegra que me
hayas hecho caso y te hayas cepillado al buenorro de Carlos. Ya te
tocaba!-Dijo la hermosa ayudante poniendo una mirada mordaz y
picarona con esos hermosos ojos que eran la locura de gran perte del
personal masculino del departamento. De hecho parecia que se comiera
a Carlos con los ojos. Este aun estaba con el torso desnudo, y
empezaba a ponerse la camiseta sin mirarla, para deleite de Sandra
que le alegraba que no se fijase en la escultural Myrna.
Ella se dió la vuelta y con su clasico contoneo de
caderas se dirigió a su mesa. Sandra y Carlos se miraron un momento,
se cogieron de las manos y salieron a desayunar algo al bar de la
facultad...No tenian que decirse nada. La comunicación tacita que
siempre habian tenido seguia funcionando, mas que nunca y ahora no
solo en el ámbito academico.
-Ah, por cierto, os habeis enterado del último gran
descubrimiento en la Luna? Es...-Dijo Myrna desde su mesa pero se
interrumpió brúscamente al darse cuenta que el laboratorio estaba
vacio-Vaya par de tortolitos-sonrió. Estaba feliz por su amiga pero
más feliz estaría si ella fracasaba pues recogería los restos
destrozados de Carlos....y los mimaría mucho.
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